El impacto ambiental es un cambio o una alteración en el medio ambiente, siendo una causa o un efecto debido a la actividad y a la intervención humana. Este impacto puede ser positivo o negativo, el negativo representa una ruptura en el equilibrio ecológico, causando graves daños y perjuicios en el medio ambiente, así como en la salud de las personas y demás seres vivos. Por ejemplo, la contaminación del aire o de los mares con la basura o el petróleo, la contaminación acústica, las guerras, los desechos de la energía radioactiva, entre otros.
La medición del impacto ambiental no se puede hacer con precisión, porque el medio ambiente es un sistema complejo. En la ecología, es posible hacer algunas estimaciones a través del EIA (Evaluación del Impacto Ambiental), que surgió en Estados Unidos en los años 60, y los respectivos Informes de Sostenibilidad Ambiental (ISA), para intentar minimizar el impacto negativo.
En base al tiempo que dura el efecto de un impacto ambiental en un lugar determinado, existen una clasificación de cuatro tipos diferentes de impacto ambiental:
– Persistente. Tiene influencia a largo plazo.
– Temporal. Durante un tiempo determinado no tiene unas consecuencias graves, y, por tanto, el medio ambiente se puede recuperar relativamente rápido.
– Reversible. Puede recuperarse el medio ambiente de los daños sufridos, en un tiempo más o menos corto.
– Irreversible. Tiene tanta gravedad que impide por completo que el medio ambiente pueda recuperarse de los daños que el impacto ambiental ha causado.
Para poder prevenir los impactos que nos podemos encontrar en el mundo, hay quien trabaja para ello y por lo tanto hay estudios de impacto ambiental seguimiento ambiental que nos ayudan a conocer más todo lo que ocurre y lo que puede llegar a ocurrir.