Orejas que hablan, corazón que no siente

En muchas ocasiones nuestro propio cuerpo nos habla si algo no va bien con nuestra salud. Sólo hay que escucharle. Cuando no habla, sólo basta con fijarnos bien y veremos. Como decía el Principio: «lo esencial es invisible a los ojos«. Así pues, un estudio que se ha presentado en el Congreso de Enfermedades Cardiovasculares ha revelado que tener una doblez en ambos lóbulos de las orejas está directamente relacionado con la posibilidad de poder sufrir infarto o ictus.

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Tras realizarlo el estudio, se comprobó que el 48,9% de los pacientes con antecedentes de accidente cerebrovascular y el 45,8% de los sujetos con antecedentes de infarto, presentaba este pliegue. La tasa disminuía al 27,8% en los sujetos sin antecedentes de ictus y se reducía a la mitad en aquellos sin infarto, siendo del 28,2%.

Para llegar a estas conclusiones se analizaron a unos 300 sujetos cuyas orejas fueron fotografiadas y clasificadas según las características del pliegue. La oreja y la nariz son los únicos órganos que crecen durante toda la vida, por ello, cuando una persona padece enfermedad de las arterias coronarias también es propensa a sufrir pequeñas lesiones vasculares en diversas zonas. Si esas lesiones se dan en la oreja, se produce un crecimiento desigual haciendo aparecer la mencionada doblez o pliegue.

Asimismo, si observas tu oreja y ves el pliegue sería recomendable acudir a un chequeo médico porque es probable que seas hipertensos, diabéticos o hipercolesterolémicos. Así  se podrán prevenir futuras complicaciones cardíacas y sustos no deseados